Los discos dropa

Los discos Dropa tienen propiedades peculiares con elevadas concentraciones de cobalto y otros metales que les confiere una dureza especial. La resistencia de los discos Dropa, más elevada que el granito, ponen en relevancia la tecnología que se tuvo que aplicar para grabar los dibujos y jeroglíficos, de por sí difíciles por su reducido tamaño. Desde 1.936 han sido hallados 716 discos de piedras -todos ellos con caracteres diferentes y casi microscópicos- en los túneles artificiales de paredes cuadradas y cristalizadas, talladas con pictogramas del cielo: el Sol, la Luna, las estrellas, y la Tierra con líneas de puntos que los conectan. Se encuentran en las Montañas Bayan Kara-Ula, frontera entre China y el Tíbet, a 640 Km. de Lhasa.
Los discos tienen un agujero en el centro, perfectamente circular; algunos están escritos en espiral. Estos discos han sido datados entre 10.000 y 12.000 años de antigüedad.
Los discos se encuentran actualmente en la Universidad de Beijing. En 1.962 el profesor Tsum Um Nui trabajó en descifrar el significado de esta escritura.